El yacimiento arqueológico Lajedo de Soledade, es uno de los más importantes de Brasil y la mayor exposición de roca caliza de la Cuenca Potiguar, ubicada en la chapada do Apodi en la región oeste de Rio Grande do Norte, se formó hace 90 millones de años, el mar raso cubría la región. El surgimiento de la estructura caliza es consecuencia del retroceso del mar, y la formación de mini cañones, grietas y cuevas fue resultado de erosiones causadas por lluvias y corrientes que tallaron el calcáreo.
Debido a estos conjuntos de estructuras, enormes animales de la megafauna pleistocénica de la era glacial y, más recientemente, el hombre prehistórico habitaron ese lugar. Lo que provam estas conjeturas son la gran cantidad de vestigios encontrados en esas ocupaciones, como: huesos de mastodontes, armadillos, tigres de diente de sable y perezosos gigantes o registros de pinturas rupestres en los pisos, paredes y techos de los abrigos rocosos que habrían sido hechos por hombres nómadas que allí habitaban.
El sitio se divide en tres áreas, la primera es denominada Gallinazo, pues posee formaciones rocosas oscuras, puntiagudas y varias cuevas, recordando ese pájaro. La segunda es conocida con Guacamayos, pues posee pinturas rupestres hechas hace cientos de años, similares con araras. La tercera es denominada Olho d’água, pues en esa área se encuentran muchos espejo de agua aflorando.
Es enorme el valor científico, cultural e histórico de ese sitio arqueológico. Conocer ese lugar es participar de una fascinante aventura en interior del nordeste brasileño, descubriendo los orígenes de un pueblo y las huellas dejadas como pistas de un enorme enigma.